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2/06/21

Memoria de la informática universitaria en Uruguay – Jorge Vidart

En la publicación “La investigación científica: una base para la exportación de software en Uruguay” el Ing. Jorge Vidart nos relata los inicios de la Informática en el Uruguay y el proceso de transferencia desde el ámbito académico hacia el ámbito industrial, que insumió los tiempos promedios de los países desarrollados (15 años).
Tiempo de lectura: 4 minutos
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Vidart es Ingeniero Industrial egresado de la UDELAR, Doctor en Ciencias Informáticas (Universidad de Grenoble – Francia) y fue docente fundador del CECUR (Centro de Computación de la Universidad de la República) en 1967. Fue, desde su creación en 1985, director de la ESLAI (Escuela Superior Latinoamericana de Informática) en Argentina y el primer responsable del Área de Informática del PEDECIBA en 1986. Profesor titular honorario de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. En su rica trayectoria académica, Jorge Vidart ha dictado más de 40 conferencias sobre temas de informática, fue miembro del Comité de Programa de 14 conferencias internacionales y posee más de 20 publicaciones de trabajos realizados.

La informática universitaria tuvo en el Uruguay un comienzo temprano a nivel regional, y su desarrollo tecnológico fue pionero en el país respecto a la utilización de las computadoras.

CCUR/INCO

Según lo relatado en la publicación, el Centro de Computación de la Universidad de la República (CCUR) iniciaba sus actividades en el año 1967, con un pequeño grupo docente de dos asistentes y varios ayudantes (equipo que estaba conformado por el autor). Dentro de esta etapa, se impulsó el uso de la informática en proyectos de investigación y desarrollo y se creó la primera carrera universitaria en el área, que comenzó su funcionamiento en 1968. Mediante una licitación pública se adquirió la primer computadora. La ganadora de la compulsa fue una máquina IBM 360 modelo 44, especialmente diseñada para uso universitario por su velocidad en el procesamiento.

La edad media, como lo denomina el autor, se caracteriza por el contexto político de la época (1973) en donde la dictadura cívico-militar uruguaya interviene en la Universidad produciendo una serie de cambios que derivan, en palabras de Vidart, en una pérdida de empuje de la carrera y un refuerzo de las asignaturas técnicas en detrimento de las teóricas.

Tras la restauración de la democracia en 1985, el CCUR había dejado de ser un organismo central de la Universidad para convertirse en un Instituto más de la Facultad de Ingeniería, y pasaba a llamarse Instituto de Computación (INCO), en esta época se produce una renovación sustancial del plantel docente y un retorno de aquellos docentes que habían sido parte, previo a la época de la dictadura.

Sin embargo, en el año 1986 el panorama del INCO se presentaba como altamente preocupante. La necesidad de un nuevo plan de estudios, la carencia de grupos de investigación, así como el aumento de la matrícula estudiantil eran algunos de los principales desafíos a los que se enfrentaba.

Exportación de software

Quince años después, en el cambio de siglo, Uruguay “descubría” que se había convertido en el primer exportador de software de América Latina, con ventas al exterior por un monto de unos 100 millones de dólares. Para el mundo político y el periodístico fue toda una novedad. ¿Cómo era posible que un sector que no había recibido ningún apoyo oficial, como sí lo habían recibido otros sectores, aparecía como líder regional, y abriera para el país una corriente exportadora de productos y servicios no tradicionales? Los periodistas de aquella época destacaban las opiniones de los empresarios exportadores quienes señalaban que la clave para haber obtenido tales resultados radicaba en la disponibilidad de excelentes profesionales universitarios que contaban con una formación de primer nivel y actualizada.

El PEDECIBA

La reinstalación democrática en el Uruguay llevó a repensar el futuro estratégico del país, y fueron varios los que coincidieron en imaginar una fuerte participación de la ciencia y la tecnología como fuentes indispensables para el desarrollo.

El Programa para el Desarrollo de las Ciencias Básicas (PEDECIBA) que, tras una revisión, pasa a incluir a la Informática como quinta disciplina que se sumaba a las ciencias básicas tradicionales, contaba con la presencia de reconocidos investigadores de todas las disciplinas lo cual permitió a su director, el Dr. Caldeiro Barcia, conformar un programa prestigioso, basado esencialmente en uruguayos radicados en el exterior.

La incorporación de la Informática al PEDECIBA, se constituyó en un factor fundamental para el desarrollo de la disciplina en el Uruguay. Se impulsó la formación docente (incluida formación en el extranjero), se definieron áreas de trabajo e investigación y en el año 1988, Informática crea dentro del PEDECIBA el “Magister en Informática”.

En proceso continuo de crecimiento y de incremento de objetivos, el área de Informática del PEDECIBA crea en el año 1995 un Doctorado. Tanto este programa de postgrado como el de la Maestría, adquieren reputación regional y algunos estudiantes de países vecinos vienen a estudiar en los mismos.

ESLAI

Con el objetivo de constituir un centro de primerísimo nivel regional, que tomara anualmente unos 30 estudiantes latinoamericanos con dos años aprobados de estudios universitarios, y seleccionados mediante un muy riguroso examen de admisión, y una formación de 3 años en los temas fundamentales de la disciplina informática, surge la Escuela Superior Latinoamericana de Informática (ESLAI) cuya dirección ejerció el autor de esta nota mientras duró el proyecto.

La ESLAI se instaló en las proximidades de la ciudad de La Plata, y ofrecía un riguroso programa de formación académica. Como docentes contaba con un pequeño y selecto grupo de profesores argentinos, y con el apoyo de programas internacionales que permitió disponer, en forma temporal, de profesores de diversos países, entre ellos de Italia, Francia, España, Inglaterra, Holanda, Suecia, Alemania, USA, Brasil, Chile, Venezuela.

Lamentablemente, sin apoyo político, la ESLAI debió cerrar en setiembre de 1990.

A modo de cierre

El proceso de gestación y maduración de la Informática en el Uruguay se dio gracias a un crecimiento sostenido, con objetivos claros, y un fuerte compromiso de los actores académicos involucrados, que, a pesar de las urgencias de cada momento, desarrolló la habilidad de ir aprovechando cada circunstancia favorable e ir definiendo los nuevos caminos con claridad en las metas.

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Para continuar profundizando, se presenta también la publicación realizada en julio de 2013 por la revista Enlaces (número 10: 61-73), revista institucional de la Fundación Julio Ricaldoni: http://www.ricaldoni.org.uy/images/61-73.pdf

 

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